Sapere aude

martes, 21 de abril de 2009

CARNE




La carne no se ama.La carne se desea,se degusta para mas tarde ser digerida.La conclusión,el fin de este proceso es de sobra conocido...¿pero quién se pregunta como se siente el festín tras ser disfrutado envuelto en esa sensación de bajeza?.Tirar de la cadena y adiós a la consecuencia del disfrute.Huerfana de piel,la carne deambula ante el vacío del efímero placer ajeno.
La sensualidad desemboca en inconsciente pasión,persiguiendo el latir más allá del pecho del hambriento.Mientras la simple hambruna dicta los impulsos del ávido,la carne se consume ante la hendidura que cada vez más profunda,se caba entre sus senos.Un mismo hecho par,de propositos dispares y recurrentes en el tiempo ensucian el puro concepto de la verdad para tornarse distorsión absurda de la total existencia,del cierto sentir desterrado.Ante la evidencia,la desesperanza,aunque es ahí,en la erradicación de toda posibilidad,donde la carne puede recoger los pedazos de su alma para volver a ser dermis.
Solo fuiste bella ante el desfallecido,banquete orgásmico de confusión amatoria.Porque la carne no se ama.La carne se desea,se degusta para mas tarde ser digerida.


*Pacorra*

1 comentario:

  1. La carne, clavijeros urdidos en piel.
    Antesala del ego, y horas muertas en espejos.
    Detrás de esas puertas, nacen los precipicios, los pasillos vertiginosos del alma, lo absurdo de las palabras y los silencios.

    Saludos.

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