Sapere aude

miércoles, 22 de abril de 2009

Ella,tu,yo...



El día no amaneció distinto a otros.El sol,los pajaros e inevitablemente mi cara eran los mismos que la eterna sucesión de 24 horas que me acompañaban en mi vida.Recuerdo que miré mis manos,estiré los 10 dedos y jugué con ellos durante unos minutos.Juntaba mi indice izquierdo con el derecho,imitaba el movimiento de un músico de castañuelas,miraba las lineas de mis palmas sin saber lo que decian y sin querer saberlo(siempre me pareció aburrido conocer mi futuro).Suspiré y me adormecí.Era excepcional en mi esta conducta puesto que no recordaba el tiempo que llevaba evitando el silencio,inundandolo de sonoridad vacía.Podía ser la radio o la televisión,no me importaba el contenido,solo debian hacer ruido y tapar la boca al silencio,al mutismo existencial.

Me gustó encontrarme en mi cama.Estirar mis piernas,sentir mis musculos,cada articulación parecía poseer un nombre propio,un improvisado bautismo que me conducía al placer de ser,de estar,de la hipersensible dermis.No me hizo falta ser nadie,era la misma persona que la de la noche anterior,aquella que no era nada...No desperté en una cama idílica(un somier,un colchón y poco más),ni junto a perfect-man,no,no hizo falta.Abrí mis ojos conmigo misma y no me pareció tan patética mi existencia.

Me levanté despacio,articulé mi cuello,me dirigí al espejo y me desnudé.Me miré durante unos segundos.Mis pronunciadas ojeras púrpura delataban la época del desconcierto,mis pesados párpados su inevitable presencia y mis labios horizontales mi descontento.Ignoré todo aquello para adentrarme en el porque de mi físico que reflejaba algo más que el malestar de la carne.No era fea,pero lo estaba y el motivo...hasta entonces lo desconocia o evitaba toparme con el.
Mis senos se habían caído sutilmente a causa de mis desequilibrios alimentarios y del evidente volumen.A pesar de mis 23 años,la gravedad había vencido mis jóvenes pechos.Mi piel rota,de estrías irisadas,brillaban de una forma peculiar a causa de la palidez invernal.Aunque delgada,tenia barriga y aunque veinteañera poseia cartucheras de baquero.Sí,esa era yo,pero despues de tanto tiempo evitando mi reflejo,me sentí el ser mas valiente del universo.

Salí de mi fría habitación aún con la sensación de un latir distinto,como si entre esas cuatro paredes hubiera descubierto un nuevo amante entre mis sábanas.Con las dudas que sabía que implicaba todo ello,consciente del dificil camino de la reconquista,aposté por mi,como el que se entrega a ciegas a un cualquiera.Yo quise amar a esa patética chica que había visto frente al espejo que ya no conocia de nada,yo misma.



*Pacorra*

2 comentarios:

  1. pacorra este blog va pa lante y pa atrás como los cangrejos.
    resacosa?

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  2. Has descrito a una mujer hermosa. Qué hermoso que también ella lo pueda ver.
    Beso,
    J.

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